39 – Simplificar el mundo digital

Como ya he dicho en alguna ocasión, valoro muchísimo el minimalismo en todas las facetas de mi vida, y es algo que cada vez llevo más hacia delante en mi relación con la tecnología.

Hace tiempo que reduje muchísimo el uso que hago de las redes sociales (directamente cerré algunas, como Facebook, dejé «en modo consulta» otras pero dejé de escribir en ellas y prácticamente de entrar, como Twitter), e incluso a nivel de hardware estoy llevando el concepto de minimalismo.

En lo referente a hardware, mi intención es estirar todo el tiempo posible el hardware que tengo.
Por ejemplo, mi ordenador principal tiene ya 8 años y no tengo intención ninguna de cambiarle ya que va estupendamente bien incluso para tareas «complejas» como la virtualización o la edición de video… y poco me importa que Microsoft haya decidido que mi equipo ya no es apto para poder usar Windows 11 (ni, obviamente, ningún Windows posterior) en uno de los casos más impactantes y menos comentado que he visto en mi vida de obsolencia programada (y aun con estas, no será difícil encontrar en internet algún artículo del estilo de «Windows 11 no es compatible con tu equipo y aunque no lo creas es una buena noticia»).
Mi libro electrónico (leo muchísimo en él) tenia 10 años cuando lo cambié y lo hice porque me regalaron uno más nuevo, que si no todavía seguiría utilizando mi viejo y fiable dispositivo (aun así no lo he tirado, y lo tengo guardado por si el nuevo falla o para dárselo en un momento dado a alguien que conozca y le pueda sacar partido, porque funciona perfectamente a pesar de su década de edad).

Mi teléfono móvil (y esto sería tema de un debate más largo y complejo) no costó ni 200 euros, y estoy tan contento con él como si hubiese costado 500 o 1000 euros. Entiendo a la gente que opta por un modelo más caro (aunque no comparta su opinión), pero atendiendo a mi idea de minimalismo y de pagar el mínimo precio necesario por lo que cubra mis necesidades (es decir, no voy a pagar más dinero por algo que tenga funciones que yo no voy a saber o necesitar explotar) en mi caso no veo sentido a pagar más dinero por un producto que me va a hacer exactamente la misma función que uno más barato. Yo saco muy pocas fotos con el teléfono, por lo que no necesito una buena cámara… me basta con que tenga una batería y un procesador decentes, NFC, y una pantalla Full HD al menos… el resto de características me importan menos ya que sean como sean me van a hacer la misma función.

En referencia al smartwatch, que también tengo dada mi pasión por la tecnología, tengo claro por cual lo cambiaré cuando se me rompa… un maravilloso y genuino Casio. Tras tener varios smartwatchs a lo largo del tiempo me he dado cuenta de que no necesito uno ya que lo uso para ver la hora y poner la alarma… y eso mismo lo puedo conseguir con un Casio que vale (en el peor de los casos) diez veces menos que mi smartwatch. El resto de funciones que tengo en el smartwatch las tengo también en el teléfono movil, por lo que no necesito un smartwatch al tener sus funciones (salvo la medición del pulso y del sueño… cosas que realmente no necesito conocer de forma constante) ya incluidas en otro dispositivo que siempre llevo encima.

En lo referente a hardware, como ya he dicho más arriba, voy a aplicar los principios que aplico en los últimos tiempos y solo tendré el que realmente me sea útil y necesario y solo pagaré por las funciones que realmente necesite y busque, no pagando más dinero por algo que sea más completo y con funciones que no vaya a utilizar.

En el caso del software es algo que ya vengo aplicando desde hace años pero que también he acentuado en los últimos tiempos: Nada de aplicaciones «repetidas» que sirvan para hacer lo mismo que otra que ya tengo instalada: En mis equipos solo hay instaladas una aplicación para cada función (Linux como sistema operativo, Brave como navegador, Avidemux como codificador de video, etc) y, por supuesto, todas son aplicaciones libres y en su mayoría se encuentran disponibles para los diferentes sistemas operativos (Windows y Linux sobre todo… MacOS hace tiempo que ya no tengo y no creo que vuelva a tener).

Simplificando nuestro mundo digital (y en general la mayoría de aspectos de nuestra vida) podemos manejar todo de forma más simple y tener que dedicar menos tiempo a todas esas cosas que tenemos (cuanto más tengas, más tiempo te llevan, es algo lógico) y tendremos más tiempo para dedicar a las cosas que sean realmente importantes.

Como ya he dicho en alguna ocasión, no termino de sentirme cómodo en el «internet» actual, tan corporativo y con tantos ecosistemas cerrados que tratan de encerrarte en su jardín vallado… quiero un internet más como el de antes: Más comunicativo y social (las redes sociales han contribuido a la incomunicación casi, ya que su único interés es retenerte en ellas para venderte y mostrarte anuncios), cosa que antes se conseguía gracias a los foros, blogs y chats (foros quedan pocos, los blogs sí que parece que están renaciendo un poco, y chats apenas queda alguno) y donde yo no sea un mero receptor de publicidad y cliente… quiero un internet que sea más nuestro y más humano. No es un internet que haya que inventar ya que ya lo tuvimos con nosotros durante un tiempo; tan solo tenemos que retomar algunas ideas que ya se pusieron en práctica y exigir que vuelvan a tener el protagonismo que merecen.

Nos merecemos un internet más de comunidad… pero comunidades pequeñas y concretas donde realmente se tenga cosas en común con el resto de los miembros, no grandes redes generalistas donde tu voz se pierde entre tanto ruido y donde no sabes si alguien te puede estar leyendo o escuchando.

Bueno… esta entrada tenía intención de enfocarla de otra forma pero finalmente he terminando yéndome por las ramas y alejándome un poco del tema sobre el que quería hablar pero aun así no la reescribiré ni la borraré, ¿por qué? Por que este es un espacio personal donde escribo para mí, sin presión ni pretensión de ser leído por nadie más… y porque de vez en cuando está bien dejarse llevar por las divagaciones.