53 – Una foto en blanco y negro

En esta entrada voy a rescatar pequeños momentos de mi vida en el barrio donde me crié, por lo que servirá como homenaje al barrio donde pasé los primeros años de mi vida (y de donde siempre me sentiré, Tetuán) y a mi propia infancia.
Así que, a continuación, comienzo a revisar esas fotos que ya han perdido el color por el paso de los años y que tan solo existen en mí, por lo que su formato es tan fugaz como indeleble.

  • En esta foto me veo en la carnicería donde habitualmente comprábamos la carne. Mi madre está mirándome pero la frase va dirigida realmente a Luis «el pollero». El pollero me acababa de preguntar «¿Cuantos años tienes?», yo respondí que cinco, a lo que mi madre dijo «No, tienes seis años». Acababa de cumplir los años hace pocos días y aún no era demasiado consciente de la edad que tenía. Esa carnicería sigue pie hoy en día, aunque con un cartel de «Se vende» y sin servicio desde hace ya muchos años.
  • Hay otra foto en la que estoy, junto con mi madre y mi hermano, en la parada del autobús 44, que estaba al lado del parque Rodriguez Sahagun esperando a que llegase el autobús. En algunas y muy puntales ocasiones, generalmente cuando era festivo en el cole, cogíamos dicho autobús para ir a comer al McDonals de Gran Vía. me encantaba ese momento y poder ir a comer una hamburguesa con mi madre y mi hermano pequeño. Hoy día la parada de autobús sigue cerca de donde estaba en aquel momento, aunque el paisaje es bastante diferente.
  • En esta otra foto estoy en una cabina de teléfonos que se encontraba cerca del colegio San José. Era muy pequeño y un par de amigos me habían intentado convencer de que una chica les había dado su número de teléfono para que la llamase ya que quería hablar conmigo. La verdad es que nunca me lo terminé de creer pero me pudo la curiosidad y terminé llamando desde dicha cabina… como era de esperar, no hubo respuesta… mis amigos deben de seguir riéndose de todo aquello. Dicha cabina no existe actualmente, igual que tampoco existía el teléfono al que llamé.
  • Aquí se ve la antigua puerta de mi colegio, el San José, situado en Marqués de Viana y como yo, con apenas cuatro años, cruzo a través de una puerta que en aquel momento me parecía inmensa. Es un colegio que pasó por un proceso de modernización y remodelación brutal durante los años que estuve en él, siendo muy diferente la imagen de aquella foto de la que se puede ver actualmente. No obstante, ese colegio sigue existiendo en mi memoria aunque hoy día sean edificios mucho más modernos.
  • Hay otra en la que estoy saliendo con mi madre de un Cash Converters y en la mano llevo el juego de PSX Tekken 2 en una caja que no era la original (aunque el juego si lo era). Un rato antes de esa foto, un supuesto amigo había subido a mi clase y de un puñetazo me puso un ojo morado. Mi madre me llevó después de eso a dar una vuelta y me compró el Tekken 2 por unas dos mil pesetas en el Cash Converters de Bravo Murillo. Hoy día no existe ya el Cash Converters en dicha ubicación, y Tekken 2 hace muchísimos años que fue descatalogado.
  • Hay una foto en la que salgo yo, en el bar «Eloy», que se encontraba en la esquina de mi casa, jugando a una recreativa de Star Wars con mi hermano y el hijo del dueño del bar. Ese bar fue reflejo de mi infancia ya que íbamos todos los domingos al volver del rastro, además de otros muchos días entre semana. El hijo del dueño era de mis mejores amigos y estaba casi siempre en mi casa. Ese bar fue estigo de muchísimos juegos de los niños del barrio ya que todos nos reuníamos muy cerca de él. El bar «Eloy» actualmente no existe, y en su lugar se encuentra precisamente la vivienda del hijo del antiguo dueño.
  • En otra estoy con mi hermano mirando el juego «Resident Evil» en un videoclub llamado «Orbital». Durante una época de mi vida, iba ahí con mi hermano y otros amigos a alquilar videojuegos, e incluso llegué a comprar alguno de segunda mano. Lo recuerdo como uno de los mejores videoclubs que han existido, aunque su andadura no fue demasiado larga y hace mucho tiempo que está cerrado (como la mayoría de videoclubs hoy en día).
  • En otra instantánea estoy vestido con una camiseta blanca donde se encuentra dibujado un gran bigote y la palabra «Mustache». Eso fue porque una vez mi madre nos llevó a mí y a mi hermano a cortarnos el pelo a una peluquería del barrio que tenía ese nombre (Mustache) y nos regalaron una camiseta del local. No fui en más ocasiones a dicha peluquería (ya que mi peluquería habitual era otra, «Helios», que ya tampoco existe), pero se me quedó grabado lo de la camiseta. Como en toda esta serie de fotos, esa peluquería hace muchísimo que dejó de existir.
  • En esta que tengo delante estoy entrando en una churrería, mientras a mi espalda está todo lleno de gente y de puestos de venta. Me encontraba en el rastro de Tetúan, que históricamente y hasta el soterramiento de la M30 estaba ubicado en la calle Marqués de Viana y estaba entrando a una churrería que estaba ubicada en una pequeña casa baja de fachada azul. Todos los domingos iba al rastro con mis padres y abuelos, y era tradición pasar a dicha churrería a por unos churros o porras todos los domingos. Actualmente no existe dicha churrería, ni dicho rastro.
  • Esta es la foto más triste de esta serie (me dejo muchísimas sin contar en esta entrada por no alargarla demasiado. Quizá revise más en otra ocasión). Es el 26 de junio de 1997 y son las 22:00 de la noche. Salgo yo en casa y de fondo la película de Kevin Costner «Waterworld». Faltaban horas para mudarme a las afueras de la ciudad con mis padres y mi hermano, y esa es la última instantánea que guardo en mi memoria del barrio que me vio nacer mientras aún vivía en él… tras esa foto, todo se fundió en negro. Hoy día no existe esa casa, ni existió el éxito para la película que salía… tampoco existo yo en ese barrio.

Deja un comentario

Importante:



También estoy en:



Suscripción:



Lista de categorías:



Entradas por fecha:



Crea una web o blog en WordPress.com

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar